viernes, 17 de octubre de 2014

¿DEMOCRACIA, DICTADURA DE LAS MAYORÍAS O POKER POLITICO? PARTE I

        Recientemente estuve repasando mis viejos libros empolvados que algún día de los años 80 me obsequiara mi entrañable amigo Jesús Pedroza, ante mis ojos quedo al descubierto el título “La Dictadura de las Mayorías”, de John Stuart Mill, repase algunas de sus líneas y pude vivenciar tantos lugares comunes de la realidad venezolana y vienen a mi memoria muchos episodios que día a día puedo palpar en la gente con la que dialogo. Consecuencia de ello en mi fuero interno comenzaron a surgir muchas contradicciones; por un lado observo que hay gente que aunque su situación económica es muy buena a raíz de los negocios sobrevenidos de un país anarquizado y por otro lado también veo mucha gente echándole un camión…por que la plata apenas le alcanza para subsistir, su gran coincidencia es la idea generalizada del mal gobierno que ni lava ni presta batea.
         De regreso a las líneas de John Stuart Mill, inferí que un gobierno que eventualmente puede llegar a desconocer los más elementales principios del estado de derecho no es el gran enemigo del pueblo y de los más altos valores democráticos, sino por el contrario el gran enemigo es la voluntad de las mayorías o de aquellos que se hacen llamar la mayoría, esos que a lo sumo pueden llegar a representar no más del 31% del padrón electoral o personas aptas para votar y que quizás no sean más de cuatro millones de personas, oh sorpresa ¿Un país de más de veintinueve millones de habitantes, gobernado por un conjunto de personajes soportados por una base poblacional cercana al 14% del total de sus habitantes?, esa ecuación solo podría tener justificación en las premisas del principio de Pareto o las temidas justificaciones de aquello que han banalizado la etimología de la palabra “ Política ”, solo para colocarla al servicio de intereses soterrados. 
       Al tiempo que cada uno los lideres siguen la senda de su propios intereses, la daga filosa que opera en la penumbra, continua degollando incautos, el degollador lo sabe, hay un frenesí en la oposición venezolana que este último aprovecha al máximo; por un lado está un mártir tras las rejas con muchas opciones de ganar el voto popular, pero con muy pocas opciones institucionales de llegar a materializar ese voto en las urnas electorales, por otro lado está el único liderazgo claro que está perfectamente habilitado para dar el combate político y que ha venido labrando un camino de atomización democrática de la oposición, también están los que solo cuentan con el favor del voto de su círculos más íntimos pero que saben mover el ajedrez político y terminan sumando votos de los entubados que los catapultan a un curul en el parlamento, otros que sueñan con un mesías que salga de las entrañas más imposibles de las filas castrenses, con un atajo de humildes soldaditos con su AK-47 a ponerle el pecho a las balas como carne de cañón, también están los doctrinarios de Carlos Andrés Pérez que no les gusta ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario y por ultimo están los más perniciosos que dicen que si no trabajan no comen; es allí donde pueden cuadrar las cuentas, si practicáramos una nueva ecuación, fácilmente nos percatamos que lamentablemente 31 es mayor que 69 o en definitiva hay alguien que está poniendo cara de póker.

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